En Colombia el café se recolecta en forma manual, en múltiples pases, que van de menos de cinco en algunas regiones utilizando un canasto o recipiente sujetado a la cintura del operario.
En cada pase varían tanto la masa de café maduro a recolectar por árbol, denominada carga, como la concentración de los frutos maduros.
El costo a pagar por la recolección depende de varios factores, entre ellos la oferta de frutos maduros, la edad del cafetal, la cercanía de la finca a la cabecera municipal, el trato en la finca (Alimentación, alojamiento, entre otros) y la disponibilidad de la mano de obra. El valor pagado en la recolección influye notoriamente en los costos de producción de café. Es así como la cosecha y el beneficio representan el 60% de los costos totales, y solo la cosecha alcanza el 50%.